Según la organización Mundial de la Salud (OMS), la adicción “es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad progresiva y fatal, caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento y negación ante la enfermedad.”1 Antaño, solía hablarse de adicción para referirse casi exclusivamente al abuso de sustancias como drogas o alcohol; sin embargo, en la actualidad, con solo realizar una búsqueda en el internet, puede uno notar que hay muchas otras actividades y/o relaciones que, cuando se abusa de ellas, pueden ser catalogadas como adicción.
Una de estas adicciones es a las relaciones tóxicas. Personalmente, estuve bajo este yugo. No me di cuenta en su momento, pero ahora que Dios está sanando mi corazón y que tengo una relación saludable, puedo ver atrás y reconocer que definitivamente había un problema en mi corazón que influía negativamente en la elección de pareja. ¿Cuáles son los síntomas de esta adicción?
- Codependencia emocional: Un miembro de la pareja percibe al otro como débil o lleno de problemas, quizás se trate de una enfermedad real, y considera que puede ayudarle (tomando el papel de salvador, o de héroe); lo cual le lleva a sacrificar su tiempo, esfuerzo, o dinero, para resolver los problemas de otros o salvar a esa pareja o amigo. Las personas codependientes tienen la tendencia a pensar solo en el bienestar del otro, sin considerar el bienestar propio; tienen la tendencia a involucrarse emocionalmente con individuos con problemas psicológicos o que no están emocionalmente disponibles; y tienen una sed insaciable de amor, reconocimiento y aprobación.
- Violencia: Puede ser violencia física, sexual, verbal o psicológica. Cuando una persona es violentada psicológicamente y agredida en cuanto a su identidad, le resulta difícil encontrarse nuevamente con su esencia e identidad. Me tocó pasar por esa experiencia; había recibido tantos mensajes negativos que atentaban directamente contra mi identidad, mis capacidades, mis habilidades y mis propias creencias que había acabado por creer que realmente no iba a poder enfrentar el mundo yo sola. Afortunadamente, Dios salió a mi encuentro y llenó mis vacíos y me dijo quién era yo para Él. No hay nada mas sanador que la Verdad, la Verdad que encuentras en la Palabra de Dios y que puede traer libertad incluso a los corazones más cautivos.
- Ruptura de los límites personales. Generalmente existen indicadores que nos arrojan una alarma cuando nuestros límites están siendo violentados, pero una persona con este tipo de adicción está dispuesta a entregar más allá de esos límites con el fin de permanecer en una relación, aunque esta sea dañina.
En el fondo de una conducta de este tipo yace un profundo vacío emocional que ansía ser llenado y baja autoestima, la cual es una carencia afectiva profunda que causa que la persona se considere carente de valor propio y no merecedora de afecto. Existe en la persona un deseo de cubrir el dolor y las decepciones de la vida llenándolos con algo, en este caso de amor de pareja. Esta adicción es una forma vaga y un intento fallido de ocultar el vacío y el dolor del corazón para no tener que enfrentarlo.
Las emociones son un regalo de Dios, incluso las emociones que consideramos negativas, como la tristeza y el dolor. Son estas emociones las que nos permiten recurrir a Dios en búsqueda de sanidad; pero si no nos permitimos sentirlas, no podemos sanar. Necesitamos enfrentarnos al dolor y traerlo delante de Dios para recibir la sanidad de nuestras heridas. Necesitamos hacerlo pronto. No podemos permitirnos andar por la vida siendo heridas vez tras vez.
Hablaremos la próxima semana sobre cómo salir de este círculo vicioso, pero por el momento quiero dejarte un texto que en lo personal ha sido un mensaje de Dios directo a mi corazón y que me recuerda que el amor de Dios es el único capaz de llenar mis vacíos y sanar mi corazón: Isaías 54:10: “Aunque las montañas cambien de lugar y los cerros se vengan abajo mi amor por ti no cambiará ni se vendrá abajo mi alianza de paz. Lo dice el Señor, que se compadece de ti.
Te bendigo!
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1 http://www.url.edu.gt/portalurl/archivos/99/archivos/adicciones_completo.pdf
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