Un nombre nuevo

La mayoría de nuestros padres nos dieron un nombre tras haber considerado varias opciones, llenos de ilusión y expectativa respecto de nuestro nacimiento y nuestro futuro.  El nombre es parte de la identidad de un individuo, ya que nos ayuda a distinguirnos unos de otros, pero también nos define.  En el pensamiento hebreo, el nombre  representa el carácter, identidad y el propósito o destino de la persona; en este sentido, nuestros nombres son indicadores de nuestro verdadero potencial y predictores de nuestro posible futuro.

En la Biblia, podemos observar cómo las personas se conducen de acuerdo al destino y esencia que ha sido marcado para ellos a través de sus nombres:  Jacob /Yaakov/, cuyo nombre proviene de la raíz ekev (Tobillo), significa suplantador, engañador, burlador, el que traba el calcañal; y a lo largo del libro de Génesis podemos verle actuar conforme a lo que su nombre indica de él.  Encontramos otro ejemplo en  1o Samuel 25, en donde se nos narra la historia de un hombre llamado Nabal, cuyo nombre significa Insensato, imbécil.  Nabal, a causa de su insensatez, estuvo a punto de perder la vida y expuso a toda su familia al mismo riesgo por no poder corresponder a la ayuda que David y su ejército había bridado a sus pastores y rebaños con sabiduría; en el verso 25, Abigail, esposa de Nabal increpa a David con las siguientes palabras: “No haga caso ahora mi señor de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú enviaste.”

En algunos casos nuestros padres, sin ninguna mala intención, nos han dado nombres que suelen marcarnos negativamente; en otros casos, hemos sido nosotras quienes, debido a nuestros errores causamos de nuestros nombres y nuestra identidad sean desvirtuados y vinculados a un pasado o un destino contrario al propósito que Dios tenía planeado para nosotras o a lo que Dios dice de nosotras.  En estos casos, no estamos condenadas a vivir una vida marcada por el estigma de nuestro nombre o de nuestra conducta anterior; podemos ver en la Biblia cómo Dios estuvo y sigue estando dispuesto a intervenir en nuestro destino y cambiar nuestro nombre.  Génesis 17:5 nos habla respecto del cambio de nombre que Dios le hizo a Abram “Tú nombre no será más Abram, sino que desde ahora serás llamado Abraham, porque yo te haré padre de multitud de naciones”; Génesis 32:29 nos cuenta respecto de la intervención de Dios para Jacob “Ya no será tu nombre Yaakov, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido”.

Hace un tiempo, Dios intervino en mi vida y cambió la idea que tenía respecto de mi.  Solía pensar que no era idónea.  No encajaba, no llenaba las expectativas.   Esto me llenaba de soledad, amargura, frustración y vergüenza.  Pero Dios tenía ideas diferentes respecto de mi y me hizo saber que para Él, yo era una Abigail, que significa “el júbilo de mi padre”.  Realmente es indescriptible el cambio que esto trajo a mi vida, el simple hecho de pensar que con mi vida y mis acciones puedo causar una sonrisa en el rostro de Dios y alegrar su corazón es realmente empoderador y transformador.

La invitación que quiero hacerte en esta ocasión es a traer tu identidad delante de Dios y preguntarle qué dice el de ti.  Tu pasado puede decir muchas cosas negativas, pero Dios tiene un concepto diferente de ti basado en las capacidades, dones y habilidades que Él te dio y que sabe que están ahí.  Dios quiere darte un nombre nuevo.  Eres su diseño, el te conoce mejor que nadie.  Isaías 62:4 dice “Nunca más te llamarán desamparada, ni tu tierra se dirá más desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá y tu tierra, Beula, porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada”.   Hay otra promesa en Apocalipsis 2:17 que dice “El que tiene oído para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias: Al que venciere, le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.

 

#identidad #sanidad #transformacion #plenitud #relatosdeunavasija

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: