Corazones adictos y relaciones tóxicas (II)

Hemos hablado sobre los síntomas y posibles causas de la adicción que podemos llegar a desarrollar a las relaciones tóxicas; hablamos de que un corazón adicto es un corazón hambriento y sediento.  Necesita desesperadamente amor, aprobación, seguridad, comprensión, apoyo y dirección.  Tiene un vacío que busca ser saciado.   Si no lo has leído, puedes hacerlo consultando el siguiente link:  https://wp.me/p9QI6o-20.  Ahora quiero hablar de cómo saciar esta carencia en nuestra vida y quisiera partir diciendo que el único que puede saciar nuestras almas menesterosas y llenar de bien nuestras almas hambrientas es Dios (Salmos 107:9), y lo hará a través de un proceso.

Generalmente los problemas en nuestra alma empiezan temprano en la niñez, y es por eso que resulta importante revisar nuestra historia personal para ir descubriendo de a poquito cada una de las áreas en las que pudimos haber sido heridas.  Una de las áreas que resulta importante analizar es la identidad, ya que es la base para la formación de la autoestima y determina la forma en que interactuamos con nuestro entorno.  La identidad es un constructo que se va formando desde nuestra infancia temprana, basándose en lo que el bebé escucha de sus padres y cuidadores decir respecto de sí, y se va reforzando o modificando de acuerdo con las experiencias del individuo a lo largo de su vida.

Cuando creemos cosas equivocadas respecto de nosotras mismas, nos encontramos morando “en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hieros”  (Salmos 107:10 RV60), pero Dios quiere traer luz a nuestras vidas, sacarnos de nuestra oscuridad y romper nuestras prisiones  (Salmos 107:14).  La Biblia dice que la Palabra de Dios es “lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino”, de manera que podemos recurrir a ella para descubrir la verdad sobre quiénes somos realmente a los ojos de nuestro creador.

  1. Eres hija de Dios. La paternidad para una mujer es sumamente importante, y la carencia de una imagen saludable de padre  puede causar estragos profundos en su alma.  Puede ser que tu experiencia sea haber tenido un padre ausente, abusivo, ebrio, drogadicto, etc.  Por lo cual has crecido con una imagen distorsionada de padre y esto ha representado un golpe directo a tu identidad.  Quiero que sepas que no hay ningún padre perfecto, sino solamente Dios, incluso los mejores papás tienen algunas carencias que sólo Dios puede llenar.  Isaías 64:8 dice “Mas ahora, oh Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y tú nuestro alfarero; obra de tus manos somos todos nosotros.”  Y el Salmo 68:5 “Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su santa morada”.  De manera que todo lo que no encontraste en tu padre terrenal, puedes buscarlo en Dios.  Esa afirmación, esa seguridad, el apoyo, la aprobación, el amor o cualquier otra cosa que en tu vida haya hecho falta, la puedes encontrar en Dios.
  2. Eres amada sin condición. Una de las mentiras que encuentro muchas veces detrás de una identidad dañada nos dice que necesitamos ganarnos o conseguir el amor de las personas a través de la manipulación o de cualquier otra forma.  La base para derribar este argumento está en 1 Juan 4:16 que nos dice “y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama.  Dios es amor” (NVI, énfasis añadido),  la cuestión es que muchas veces hemos sido tan lastimadas, que nos cuesta realmente creer que sí hay un Dios perfecto que pueda amar a un ser tan imperfecto como nosotras.   Pero Dios nos dice en su palabra que “Aunque las montañas cambien de lugar y los cerros se vengan abajo, mi amor por ti no cambiará ni se vendrá abajo mi alianza de paz – Lo dice el Señor que se compadece de ti”  (Isaías 54:10)  Dios nos conoce a la perfección y está dispuesto a asegurarnos que su amor por nosotras no cambiará bajo ninguna circunstancia, eso es amor incondicional.

De manera que quiero concluir invitándote a hacer un cambio de enfoque.  Si de alguna forma te has identificado con el tema “Corazones adictos y relaciones tóxicas”, podrías encontrarte buscando amor e identidad en el lugar equivocado; podrías estar teniendo un vacío en tu alma que quieres llenar en un lugar donde no vas a encontrar lo que buscas.  Te invito a que dejes de rebuscar en los lugares o personas donde lo has estado haciendo hasta ahora y voltees a Dios.  Hagamos esta pequeña oración: “Padre, reconozco que he estado buscando tu amor en los lugares equivocados y te pido perdón.  Reconozco que solo tú puedes saciar mi alma y te invito a guiarme para que pueda encontrarme contigo y recibir de ti la llenura que tanto ansío y necesito.”

Felicidades, estás iniciando tu proceso de sanidad.  Te bendigo.

 

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